Mensajes de diversas orígenes

 

lunes, 11 de noviembre de 2024

Miraos siempre los unos a los otros con los ojos de Cristo y sin haceros entender la superioridad, debéis bajar todos y permanecer al mismo nivel, ¡igual que Dios!

Mensaje de la Inmaculada Madre María a Angélica en Vicenza, Italia, el 8 de noviembre de 2024

 

Queridos hijos, la Inmaculada Madre María, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Rescatadora de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, mirad, hijos míos, aún hoy Ella viene a vosotros para amaros y bendeciros.

Hijos míos, grito de nuevo: «¡Unión, no has salido de tu zona de confort!».

Hijos míos, no podéis sentir esta unión en vuestra alma y ¿sabéis por qué? Porque dentro de vuestros corazones sabéis muy bien que no os resistiréis a prevalecer el uno sobre el otro y, decidme, si cada uno de vosotros quisiera prevalecer sobre el otro, ¿qué clase de unión sería esa? Cuántas veces os he dicho que la unión se producirá sin juzgar a nadie, amándoos como hermanos y hermanas por lo que sois y que nadie debe señalar con el dedo al otro. No mires la paja en el ojo de tu hermano, sino la viga en tu propio ojo.

Que tu Señor nunca tenga que decir: «¡No damos perlas a los cerdos!».

La unidad está en vuestras manos; Dios ha puesto en vosotros todo lo necesario para que podáis apoyaros unos a otros. Comprendo que pueda haber algún malentendido, cualquier cosa porque sois terrenales, pero no olvidéis que de eso se trata, las cosas pasarán y deben resolverse con amor y caridad, sin hacer sentir a vuestro hermano que se os ha juzgado. Tienes que sucumbir sin guardarlo en tu corazón porque si lo haces y luego lo guardas en tu corazón, no servirá de nada y la unión de todas formas no se producirá porque el rencor te consumiría. Rencor, resentimiento, celos, todo eso no pertenece a Dios y, por tanto, tampoco debe perteneceros a vosotros.

Miraos siempre los unos a los otros con los ojos de Cristo y sin haceros entender la superioridad, ¡debéis bajar todos y permanecer en el mismo nivel, igual que Dios!

¡Esto tenía que decíroslo y os lo he dicho!

Alabad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Hijos, la Madre María os ha visto a todos y os ha amado a todos desde lo más profundo de Su Corazón.

Yo os bendigo.

¡Rezad, Rezad, Rezad!

Nuestra Señora Estaba Vestida De Blanco Con Un Manto Celestial, Sobre Su Cabeza Llevaba La Corona De Doce Estrellas, Y Había Una Suave Luz Bajo Sus Pies.

Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com

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